El Feng Shui cada vez está más en auge por lo que nos beneficia al integrarlo en nuestros espacios. Los principios del Feng Shui se vinculan con conceptos básicos y sencillos que promueven vivir en armonía con el entorno, hallando el equilibrio en el espacio vital. Para lograrlo, se debe alimentar el Sheng Qi consiguiendo circuitos energéticos favorables.
Si desconoces este concepto clave de Feng Shui, en este post voy a hablar sobre ello para que se pueda entender lo importante que es introducir este arte de forma adecuada, nutriendo el Sheng Qi (energía favorable) y corrigiendo el Sha Qi (energía desfavorable) en todos nuestros espacios.
Primero, ¿Qué es el Chi – Qi?
Voy a comenzar explicando que todo lo que existe tiene vida, tiene energía, es decir, desprende una vibración. Esta vibración que emite puede sumar al circuito favorable de nuestros espacios, o, todo lo contrario, puede debilitarla, causándonos malestar.
Por lo tanto, el Chi, es la energía que recorre en nuestros espacios y según cómo fluya, nos puede afectar de forma positiva o negativa. Cuando se habla del “fluir del Chi”, se refiere al movimiento de la energía que nos rodea y que, en función de las formas u obstáculos que se encuentre, actúa de manera positiva (Sheng Qi) o de manera negativa (Sha Qi) hacia nosotros